El sol brilla para las energías renovables en América Latina
24 octubre, 2014 2 comentarios
Por: Carolina García Arbeláez, WWF Latinoamérica
América Latina está experimentando una nueva revolución. Fuentes no convencionales de energía renovable están germinando en una región que depende de la energía hidroeléctrica y los combustibles fósiles. Hace una década, la situación era diferente. Ahora, las alternativas de energía limpia están floreciendo a un paso acelerado.
¿Por qué?
El mito ha sido desmentido. Las energías renovables no son más caras ni su uso es más complejo que los combustibles fósiles. De hecho, en los últimos cinco años el precio de los paneles solares se ha rebajado en más del 60%, y los costos de turbinas han disminuido un 25%. Tan sólo en 2013, se invirtieron más de USD 16 mil millones en energía renovable en Latinoamérica, lo que equivale al 7% de las inversiones globales en energía limpia.
Las empresas locales están buscando oportunidades de negocio en la fabricación de paneles y turbinas. Brasil, por ejemplo, es un centro de producción de energía eólica. En 2016, se convertirá en el principal ensamblador en la región y producirá turbinas hechas 100 por ciento en Brasil.
Los gobiernos no solo están respondiendo favorablemente al mercado: están fomentando el desarrollo de la producción de energías renovables no convencionales. Países como Chile, Colombia, Perú, Brasil y México, entre otros, han creado marcos normativos que promuevan proyectos de energía limpia.
Hacia una economía baja en carbono
América Latina, al igual que el resto del mundo, quiere evitar trastornos climáticos. Históricamente, la mayoría de sus emisiones de carbono provenían de la deforestación y el cambio en el uso del suelo.
Esto está cambiando. Las emisiones de la región provenientes de la deforestación se están reduciendo gracias a las diferentes acciones que han implementando varios países latinoamericanos. Brasil, por ejemplo, gracias a políticas nacionales ha reducido la tala de bosques en un 70% y tiene el objetivo de alcanzar un 80% para 2020 . debido a políticas nacionales tales como su objetivo de llegar a cero deforestación neta en el Amazonas en 2020.
En cambio, la demanda energética está aumentando en la región y podría duplicarse en las próximas dos décadas. ¿Qué hará América Latina? ¿Invertirá en combustibles fósiles y quedará atrapada en un camino de altas emisiones que causan el cambio climático o le apostará a construir una economía baja en carbono?
Algunos países ya se han enfrentado cara a cara a esta decisión y han elegido apostarle a las energías limpias. Uruguay y Costa Rica están en camino hacia una economía carbono neutra: más del 80% de su energía es renovable (incluyendo energía hidroeléctrica). De 2008 a 2012, Nicaragua tuvo el mayor crecimiento anual de energía renovable diferente a la hidroeléctrica en la región. En 2030, Chile va a generar 20 veces más energía eólica de la que genera hoy en día.
Las energías renovables crean entre 1.5 a 7.9 veces más empleos que los combustibles fósiles y son una alternativa para combatir la pobreza energética.
Electrificación rural
Nos acostumbramos a creer que una red eléctrica en expansión era la mejor alternativa para la electrificación de las poblaciones rurales aisladas. No lo es. Las energías renovables son mejores para las poblaciones rurales ya que generalmente son más baratas, no necesitan una inversión en la red y son más limpias que la energía tradicional. De hecho, 19 de los 26 países de la región latinoamericana cuentan con programas que buscan electrificar zonas rurales con energía limpia.
Tal es el caso de Perú, que actualmente cuenta con un plan para proveer de energía solar a 500.000 hogares pobres. Este proyecto forma parte de una creciente trayectoria de iniciativas de energía limpia que ha liderado el gobierno peruano. En 2006, instaló 4.200 paneles solares en la Amazonia. En 2011, 33.000 personas obtuvieron acceso a energía solar.
¡Estas iniciativas son rentables! De 2010 a 2011, el mercado de energía solar en Perú generó alrededor de 5,4 millones de dólares. La energía solar ha demostrado ser una buena alternativa para resolver la pobreza energética. Perú está brillando.
Un desafío en curso
Que las energías renovables estén floreciendo no significa que los combustibles fósiles estén pereciendo. Los países que están desarrollando incentivos y marcos regulatorios para la energía limpia, también están explorando nuevas reservas de petróleo, gas y carbón, o nuevas técnicas de explotación como el fracking.
Esta afinidad cultural con los combustibles fósiles puede llegar a determinar en qué invierte el país su dinero. En 2011, alrededor de 20 mil millones dólares fueron destinados a subsidiar combustibles fósiles en la región latinoamericana. Esto es casi la misma cantidad de dinero que se invirtió en energías renovables.
Dejar de subsidiar combustibles fósiles e invertir ese dinero en energías renovables sería ideal. Pero no es tan fácil que esto suceda. Los sectores de petróleo, gas y carbón son poderosos en la región y cuentan con grupos de presión y cabildeo que influencian a los tomadores de decisiones. Sin embargo, los beneficios que trae el uso de energías renovables al reducir emisiones así como los relacionados con , especialmente aquellos relacionados con la salud humana, están haciendo que la energía limpia se vuelva una opción atractiva.
Un futuro brillante
La matriz eléctrica de la región sigue dependiendo de los combustibles fósiles (40%) y la energía hidroeléctrica (54%). Sólo el 6% de la energía en la región proviene de fuentes no convencionales de energía renovable. Este panorama está cambiando rápidamente.
En sólo 6 años (2006-2012), la capacidad para generar energía renovable en América Latina creció más de 230%. Se estima que si la región explotara solo el 4% de su potencial renovable no hidroeléctrico, podría satisfacer la demanda energética de sus economías en crecimiento.
Miles de millones de dólares se están invirtiendo en energías renovables y los gobiernos están desarrollando políticas públicas para incentivar su uso. El cambio climático exige medidas urgentes. Se proyecta que para el año 2050, el uso de energía renovable no hidroeléctrica, podría pasar de un modesto 6% a constituir un 20% de la matriz energética de la región.
En la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático que se llevará a cabo en Lima (Perú) a finales del año, América Latina tendrá la oportunidad de mostrar su liderazgo y de comprometerse a construir una economía mundial impulsada por las energías renovables. Cada vez es más evidente que el crecimiento económico atado a los combustibles fósiles no es ni la única, ni la mejor alternativa de desarrollo.
La revolución de la energía limpia está floreciendo. Con el impulso adecuado, pronto dará más frutos.