José Rivera Vila
El presente trabajo se ocupa de una cuestión discursiva, o mejor de un asunto analítico. Analizar significa separar, diseccionar. Por eso cuando nos enfrentamos ante un concepto tenemos un definición del mismo con lo que le pertenece y lo que deja afuera, o sea lo que es y lo que no es.
De manera tal, que aquí se intentará trabajar con las diferentes definiciones de un tema recurrente y necesario como el desarrollo sustentable y sostenible. Para ello se recorrerán las definiciones y formalizaciones en derredor de esta noción con el objetivo de realizar una bajada conceptual para la implementación práctica.
Dado que en algunos casos desarrollo sustentable y desarrollo sostenible pueden ser utilizados como sinónimos, o bien como dos ideas diferentes, lo que trataremos es de realizar un paneo por las definiciones que ofrecen diferentes instituciones para arrojar luz sobre la cuestión.
Veamos dos definiciones de dos entidades sobresalientes en el ámbito del desarrollo:
De acuerdo con el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD, 2001) “El desarrollo humano es crecimiento económico equitativo y sostenible, es además un concepto superior e incluyente en el sentido de que abarca los conceptos sinónimos de desarrollo sostenible, sostenibilidad y sustentabilidad, esto indica por consiguiente que todos y cada uno de los diferentes sectores (económicos, sociales, políticos y ecológicos, entre otros) deberían tener como meta el desarrollo humano y no sólo el económico”.
Para el PNUD el desarrollo humano es el concepto macro que estaría cobijando otras subcategorías como las de “desarrollo sostenible, sostenibilidad y sustentabilidad”, que la mismo tiempo funcionaría como sinónimos. Esta idea de desarrollo humano involucra diferentes aspectos que lo diferencia de lo que comúnmente se comprendía como desarrollo desde una mirada tecnicista, economicista o materialista. Aquí el valor supremo esta en el hombre y en conservar la armonía de su hábitat en todos los terrenos en los que se manifiesta.
Por otro lado, el IUCN (Instituto Internacional para la Conservación de la Naturaleza) da dos definiciones para pensar el desarrollo. En primer lugar, el desarrollo sostenible “se basa en el manejo y conservación de los recursos naturales en la orientación del cambio tecnológico e institucional, de tal manera que asegure la continua satisfacción de las necesidades humanas para las generaciones presentes y futuras”. En segundo lugar, el desarrollo sustentable toma a su cargo “el mejoramiento de la capacidad para convertir en un nivel constante de uso los recursos físicos, a fin de satisfacer cada vez y en mayor medida las necesidades humanas”.
Hay una clave de lectura para las ideas definidas por el IUCN: la continuidad y la constancia. Cada uno por su lado y con sus atributos, lo sostenible y lo sustentable conjugan la variable planificación como el modo por excelencia de pensar el desarrollo. El trabajo con los recursos y su orientación tienen como condición una satisfacción que no sea en el presente sino que acoja el mediano y largo plazo.
Asimismo, una de las ideas-fuerza que tiene el modelo de desarrollo, que incluya la sostenibilidad y la sustentabilidad, es el trabajo que hay que realizar en todos los ámbitos en función de hacer compatible el modelo de desarrollo económico con el entorno ambiental y social. Una sociedad no se desarrollo solo con un boom económico, sino con un esfuerzo coordinado entre todos estos sectores. Lo económico, lo ambiental y lo social, no pueden pensarse unos separados de los otros, sino como una sinergia permanente, y es así donde toma sentido la variable tiempo. Lo sostenible y lo sustentable están, por sobre todas las cosas, indicando una línea temporal de desarrollo. Y al mismo tiempo un comportamiento ético y productivo en una línea humanista.
La ecuación que plantean las definiciones de “ecodesarrollo” por ejemplo guarda relación con la satisfacción de las necesidades básicas en un contexto de productividad y conservación de esta en el tiempo.
De esto se desprende que las definiciones que arrojan las organizaciones que estudian esta importante cuestión lo que acometen es dar con formalizaciones conceptuales que tengan un anclaje en las prácticas empresariales. La cooperación y la coordinación entre los factores económicos y sociales con los factores ambientales son la materia clave a comprender por todas las definiciones vistas. Y la posibilidad de planificar estrategias que sean eficaces y acordes con el modelo de desarrollo a implementar es sin duda la tarea fundamental. Hay muchas y diferentes empresas, por ejemplo en la actividad minera, que ya están realizando tareas dentro de lo que se llama el desarrollo sustentable junto con las comunidades donde tienen base de operación. Se trata de eso de definir conceptos rectores y realizar tareas ejemplificadoras.